No recuerdo haber dependido de alguien en lo que va de mi vida (exceptuando familia). Quizás si me encariñe mucho con algunas personas, pero nunca llegué a depender de ellas. Pero de quien les vengo a hablar hoy, cambio algo en mí, me acompaña cuando lo necesito, siempre me escucha, no me abandona, y lo más importante de todo, es que me calma y da tranquilidad.

Lo conozco hace dos años, o un poco más quizá, y desde aquel día me ha acompañado. Si bien dije que ni dependo de las personas, de el si dependo, ya que es capaz de manejar mis estados de ánimo. Cuando no lo veo me desespero, es como si algo de mi ya no estuviese, me siento incompleto, abandonado.

Lloré aquella vez que le tuve que decir adiós,lloré mucho, me dolió el alma en ese momento, no quería hacerlo, pero era por un bien mayor, no pasaron ni dos días y ya lo había ido a buscar otra vez. Como dije, me da tranquilidad y me ha acompañado en los momentos que más fondo he tocado.

Le doy gracias, aunque digan que soy un loco, pero más gracias le doy a quien lo trajo a mi camino.